Page 62 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
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Por fin, la chusma pensó que ya era suficiente. Entonces volvieron a arrastrarlo amarrado y amordazado hasta la Mesa de Piedra. Unos
empujaban y otros tiraban. Era tan inmenso que, después de haber llevado hasta la Mesa, tuvieron que emplear todas sus fuerzas para alzarlo y
colocarlo sobre la superficie. Allí hubo más amarras y las cuerdas se apretaron ferozmente.
—¡Cobardes! ¡Cobardes! —sollozó Susana—. ¡Todavía le tienen miedo, incluso ahora!
Una vez que Aslan estuvo atado (y tan atado que realmente estaba convertido en una masa de cuerdas) sobre la piedra, un súbito
silencio reinó entre la multitud. Cuatro Hechiceras, sosteniendo cuatro antorchas, se instalaron en las esquinas de la Mesa.
La Bruja desnudó sus brazos, tal como los había desnudado la noche anterior ante Edmundo en lugar de Aslan. Luego procedió a afilar su
cuchillo. Cuando la tenue luz de las antorchas cayó sobre éste, las niñas pensaron que era un cuchillo de piedra en vez de acero. Su
forma era extraña y diabólica.
Finalmente, ella se acercó y se situó junto a la cabeza de Aslan. La cara de la Bruja estaba crispada de furor y de pasión;
Aslan miraba el cielo, siempre quieto, sin demostrar enojo ni miedo, sino tan sólo un poco de tristeza. Entonces, unos
momentos antes de asestar la estocada final,la Bruja sedetuvoy dijo con voztemblorosa:
—Y ahora, ¿quién ganó? Idiota, ¿pensaste que con esto tú salvarías a ese humano traidor? Ahora te mataréa tien lugardeél,
como lo pactamos, y así la Magia Profunda se apaciguará. Pero cuando tú hayas muerto, ¿qué me impedirá matarlo también a él?
¿Quién podrá arrebatarlode mismanos entonces?Tú mehasentregadoNarniapara siempre.Hasperdidotupropia vida y no has salvado lade
él. Ahora que ya sabes esto, ¡desespérate y muere!
Las dos niñas no vieron el momento preciso de la muerte. No podían soportar esa visión y cubrieron sus ojos.
CAPÍTULO 15
MAGIA PROFUNDA ANTERIOR AL AMANECER DEL TIEMPO
Lasniñasaúnpermanecíanescondidasentrelosarbustos,conlasmanosenlacara,cuandoescucharon la voz de la Bruja que llamaba:
—¡Ahora! ¡Síganme! Emprenderemos las últimas batallas de esta guerra. No nos costará mucho aplastar a esos
insectos humanos y al traidor, ahora que el gran Idiota, el gran Gato, yace muerto.
En ese momento,y porunospocos segundos, las niñas estuvieron en gran peligro. Toda esa vil multitud, con gritos salvajes y un ruido
enloquecedor de trompetas y cuernos que sonaban chillones y penetrantes, marchó desde la cima de la colinay bajóla ladera justoporel
ladodesu escondite.