Page 54 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
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El inmenso bruto agachó su cabeza y partió al galope.

    —¡Ahora! —dijo ella—. No tenemos mesa..., déjame ver... Sería mejor colocarlo contra el tronco del árbol.

    Edmundo se vio de pronto rudamente obligado a levantarse. Entonces, con la mayor celeridad, el Enano lo hizo apoyarse en el
troncoyloamarró.ÉlvioquelaBrujasequitabasumanto. Sus brazos estaban desnudos y horriblemente blancos. Y porque eran tan
demasiado blancos, él no pudo ver mucho más. Estaba todo tan oscuro en esa llanura, bajo los negros árboles...

    —Prepara a la víctima —ordenó la Bruja.

    El Enano desabotonó el cuello de la camisa de Edmundo, y lo abrió. Luego agarró al niño del cabello y le echó la cabeza hacia atrás, de manera que
tuvo que levantar el mentón. Después, Edmundo oyó un extraño ruido: güizz-güizz-güizz. Por un momento no pudo imaginar qué
era, peroderepentesediocuenta:eraelsonidodeuncuchilloalserafilado.

    En ese preciso momento escuchó fuertes gritos y ruidos que venían de todas direcciones: un tamborileo de pisadas..., un batir de
alas..., un grito de la Bruja..., una total confusión alrededor de él.

    Entonces sintió que lo desataban y que unos fuertes brazos lo rodeaban. Oyó voces compasivas y cariñosas:

    —¡Déjalorecostarse!Denleunpocodevino...—decían—.Beba...,sostengaahora...,estarábien en un minuto.

   Actoseguidoescuchóvocesquenosedirigíanaél,sinoaotraspersonas.—¿Quién capturó a la Bruja?

    —Yo creí que tú la tenías.

    —Nolavidespuésdehaberlearrebatadoelcuchillodesumano.—Yo estaba persiguiendo al

    Enano...

    —¡No me digas que ella se nos escapó!

    —Un muchacho no puede hacerlo todo al mismo tiempo... Pero, ¿qué es eso?... ¡Oh! Lo siento, es sólo un viejo tronco.

    Edmundo se desmayó en ese instante.

    Entonces centauros y unicornios, venados y pájaros (eran parte del equipo de rescate enviado por Aslan en el capítulo
anterior), todos regresaron a la Mesa de Piedra llevando a Edmundo con ellos. Pero si hubieran visto lo que sucedió en el
valle después que se alejaron, yo pienso que su sorpresa habría sido enorme.

   Todo estaba muy quieto cuando asomó una brillante luna. Si ustedes hubieran estado allí, habrían podido ver que la luz
de la luna iluminaba un viejo tronco de árbol y una enorme roca blanca. Pero si ustedes hubieran mirado detenidamente
poco a poco, habrían comenzado a pensar que había algo muy extraño en ambos, en la roca y en el tronco. Y en seguida habrían advertido
que el tronco se parecíade maneranotable aun hombre pequeño y gordo, agachado sobre la tierra. Y si hubieran permanecido ahídurante más
tiempo todavía, habrían visto que el
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