Page 91 - 07. Saga Las Cronicas De Narnia
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piensas esto: puede que hayas estado en una habitación donde había una ventana que
daba a una preciosa bahía o a un verde valle que serpenteaba adentrándose en medio de
las montañas. Y en la muralla contraria a la ventana había un espejo. Y si te apartabas de la
ventana, de repente veías ese mar y ese valle, todo de nuevo, en el espejo. Y el mar en el
espejo, o el valle en el espejo, eran en un sentido iguales a los verdaderos; sin embargo, al
mismo tiempo eran algo distintos, más profundos, más maravillosos, más parecidos a
lugares de cuento: de un cuento que nunca has escuchado, pero que te gustaría mucho
conocer. La diferencia entre la antigua Narnia y la nueva Narnia era así. La nueva era una
tierra más profunda: cada roca y cada flor y cada brizna de pasto parecía significar más. No
puedo escribirla mejor que eso. Si algún día llegas a ella, entenderás lo que quiero decir.
Fue el Unicornio el que resumió lo que cada cual sentía. Golpeó el suelo con su casco
delantero derecho, relinchó y luego gritó:
—¡He llegado a casa por fin! ¡Esta es mi verdadera patria! Aquí es donde pertenezco.
Esta es la tierra que he estado buscando toda mi vida, aunque nunca lo supe hasta ahora. La
razón por la cual amamos la antigua Narnia es que a veces se parecía un poquito a ésta.
¡Brijiji! ¡Vamos más hacia arriba, vamos más hacia adentro!
Sacudió sus crines y se lanzó en un veloz galope, un galope de Unicornio que en
nuestro mundo lo habría hecho perderse de vista en escasos minutos.
Y entonces sucedió algo sumamente extraño. Todos los demás echaron a correr y
descubrieron, para su asombro, que podían ir al paso del Unicornio; no sólo los Perros y los
humanos, sino hasta el gordiflón Cándido y el Enano Poggin con sus piernas cortas. El aire
les daba en la cara como si fueran conduciendo un auto muy rápido y sin parabrisas. El
paisaje pasaba volando como si lo miraran desde las ventanillas de un tren expreso. Corrían
cada vez más ligero, pero nadie sintió calor ni se cansó ni quedó sin aliento.