Page 77 - 07. Saga Las Cronicas De Narnia
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(pero ninguno quería hacer eso) o si le prendían fuego al Establo.
Miró en rededor nuevamente y apenas pudo creer a sus ojos. Allí estaba el cielo azul
encima, y el terreno cubierto de hierba que se extendía en todas direcciones hasta donde
alcanzaba a ver, y sus nuevos amigos lo rodeaban, riéndose.
—Entonces parece —dijo Tirian, sonriendo también—, que el Establo visto desde
adentro y el Establo visto desde fuera son dos lugares diferentes.
—Sí —asintió el señor Dígory—. Su interior es más grande que su exterior.
—Sí —dijo la Reina Lucía—. En nuestro mundo también, un Establo tuvo una vez algo
dentro que era más grande que todo el mundo.
Era la primera vez que hablaba, y por la emoción en su voz, Tirian comprendió por
qué. Ella absorbía todo con más profundidad que los otros. Había estado demasiado feliz
para hablar. El quería escucharla hablar otra vez, así que dijo:
—Por favor, señora, cuéntanos. Cuéntame toda tu aventura.
—Luego del sacudón y el ruido —dijo Lucía—, nos encontramos todos aquí. Y nos
extrañó mucho esa puerta, igual que a ti. Entonces la puerta se abrió por primera vez
(cuando ocurrió, vimos sólo oscuridad por el portal) y la atravesó un hombre alto con una
espada desenvainada. Por sus armas supimos que era un calormene. Se instaló junto a la
puerta con su espada levantada descansando sobre su hombro, lista para herir al que
saliere. Fuimos hacia él y le hablamos, pero nos pareció que no podía vernos ni oírnos. Y
nunca dio ni una mirada al cielo ni al sol ni al pasto: pienso que tampoco los podía ver.
Entonces esperamos mucho rato. Después escuchamos que sacaban el pestillo de la puerta
desde el otro lado. Pero el hombre no se preparó para golpear con su espada hasta que
pudo ver quien venía. Así que pensamos que se le había dicho que golpeara a algunos y
dejara pasar a otros. Pero en el momento preciso en que se abrió la puerta, de repente
Tash estaba allí, a este lado de la puerta; ninguno de nosotros vio de donde venía. Y
atravesó la puerta un gran Gato. Dio una mirada a Tash y escapó a perderse; justo a tiempo,
pues él se le abalanzaba encima y la puerta le pegó en el pico al cerrarse. El hombre pudo
ver a Tash. Se puso sumamente pálido e hizo ante el Monstruo una profunda reverencia,
pero éste desapareció. Después esperamos por otro largo rato. Finalmente se abrió la
puerta por tercera vez y salió un joven calormene. Me gustó. El centinela de la puerta se
sobresaltó y pareció muy sorprendido de verlo. Creo que esperaba a alguien muy distinto...
—Ya entiendo —dijo Eustaquio (tenía la mala costumbre de interrumpir las historias).
El Gato debía entrar primero y el centinela tenía órdenes de no hacerle daño. Luego el Gato
debía salir y decir que había visto a su repugnante Tashlan y simular que estaba aterrado
para así asustar a los demás Animales. Pero lo que nunca se le ocurrió a Truco fue que el
verdadero Tash podría aparecerse; y sucedió que Jengibre salió realmente espantado. Y
después de eso, Truco iba a enviar adentro a todo aquel de quien quería deshacerse y el
centinela debía matarlos. Y...
—Amigo —dijo Tirian, con mucha suavidad—, estás impidiendo que la dama siga con
su relato.
—Bueno —dijo Lucía—, el centinela estaba sorprendido. Eso dio al otro hombre la
oportunidad de ponerse en guardia. Se batieron. El mató al centinela y lo lanzó por la
puerta hacia afuera. Luego vino andando despacio hasta donde estábamos nosotros. El
podía vernos a nosotros y a todo lo que nos rodeaba. Tratamos de hablarle, pero estaba