Page 26 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
P. 26

—¡ElPetirrojo!—gritóLucía—.¡ElPetirrojo!¡Sehaido!
   Y así era... El petirrojo había volado hasta perderse de vista .
    —¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Edmundo, mientras daba una mirada a Pedro con ojos de «¿qué te había
dicho yo?»
    —¡Chist! ¡Miren! —exclamó Susana .
    —¿Qué? —preguntó Pedro.

    —Algo se mueve entre los árboles..., por allí, a la izquierda. Todos miraron atentamente,
   ningunodeellosmuytranquilo.—¡Allí está otra vez! —dijo Susana.
    —Esta vezyotambiénlovi—dijoPedro—.Todavíaestá ahí.Desapareciódetrásdeesegranárbol.
    —¿Qué es? —preguntó Lucía, tratando por todos los medios que su voz no reflejara su nerviosismo.
    —No lo sé —dijo Pedro—, pero en todo caso es algo que se está escabullendo; algo que no quiere ser visto.
    —Vayámonos a casa —murmuró Susana.
    Entonces, aunque nadie lo dijo en voz alta, en ese momento todos se dieron cuenta que estabanperdidos,talcomo
Edmundo lo había dicho en secreto a Pedro.

    —¿A qué se parece? —preguntó Lucía, volviendo a fijar su atención en aquello que se movía. —Es una especie de animal —dijo Susana—.
    ¡Miren!¡Rápido!¡Allíestá!
    Esta veztodoslovieron.Unacarabarbudalosmirabadesdedetrásdeunárbol.Peroahoranodesaparecióinmediatamente.Enlugardeello,el
animal puso sus garras contra su boca, en un gesto idéntico al de los humanos que ponen sus dedos en sus labios cuando quieren
que alguien guarde silencio. Luego se escondió de nuevo. Los niños se quedaron inmóviles, conteniendo la respiración.
    Momentos más tarde el extraño ser reapareció tras el árbol. Miró hacia todos lados, como si temiera que alguien lo estuviese
observando, y dijo «silencio», o algo parecido. Después hizo unas señales a los niños como para indicarles que se reunieran
con él en lo más espeso del bosque, y desapareció otra vez.
    —Ya sé qué es —dijo Pedro—. Es un castor. Le vi la cola.
    —Quiere que nos acerquemos a él —dijo Susana—, y nos ha prevenido para que no hagamos el menor ruido.
    —Así me parece —dijo Pedro—. ¿Qué haremos? ¿Vamos con él o no? ¿Qué piensas tú, Lucía?
    —Yo creo que es un buen Castor —dijo ésta.
   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30   31