Page 24 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
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—¿Quién es esta Reina, Lu? —preguntó Pedro—. ¿Sabes algo de ella?

    —No es una verdadera Reina; de ninguna manera —contestó Lucía—. Es una horrible bruja, la Bruja Blanca. Toda la gente del bosque la odia. Ella
ha sometido a un encantamiento al país entero y, desde entonces, aquí es siempre invierno y nunca Navidad.

    —Mepregunto sitiene algún sentidoseguiradelante—dijo Susana—.Esteno parece serun lugar seguro, ni tampoco divertido. Cada minuto
hacemásfríoynotrajimosnadaparacomer.¿Qué les parece si regresamos?

    —No podemos. Realmente no podemos —dijo Lucía—. ¿No ven lo que ha pasado? No podemos ir a casa después de
todo esto. El Fauno está en problemas por mi culpa. Él me escondió de la Bruja Blanca y me mostró el camino de vuelta. Ese es el
significadode«prestarauxilio a los enemigos de la Reina y hacer amistad con los Humanos». Debemos tratar de rescatarlo.

    —¡Como si nosotros pudiéramos hacer mucho! —exclamó Edmundo—. Ni siquiera tenemos algo para comer.

    —¡Cállate! —le contestó Pedro, que todavía estaba enojado con él—. ¿Qué crees tú, Susana?

    —Tengo la horrible sospecha que Lucía está en la razón —dijo Susana—. No quisiera avanzar un solo paso más. Incluso desearía no
haber venido jamás. Sin embargo, creo que debemos haceralgoporelseñorno-sé-cuánto...,quierodecirelFauno.

    —Eso es también lo que yo siento —dijo Pedro—. Me preocupa no tener nada para comer. Les propongo volver y
buscar algo en la despensa, aunque, según creo, no hay ninguna seguridad en que se pueda regresar a este país una vez
que se lo abandona. Bueno, creo que debemos seguir adelante.

    —Yo también lo creo así —dijeron ambas niñas al mismo tiempo. —Si solamente supiéramos dónde

    fueencerradoesepobreFauno.EstabantodavíasinsaberquéhacercuandoLucía exclamó:

    —¡Miren! ¡Allí hay un pájaro de pecho rojo! Es el primer pájaro que veo en este país. Me preguntosiaquíenNarniaellos
hablarán. Parece como si quisiera decirnos algo.

    Entonces la niña se volvió hacia el Petirrojo y le dijo:

    —Por favor, ¿puedes decirme dónde ha sido llevado el señor Tumnus?

    Lucía dio unos pasos hacia el pájaro. Inmediatamente éste voló, pero sólo hasta el próximo árbol. Desde allí los miró fijamente, como
si hubiera entendido todo lo que le había dicho. En forma casi inconsciente, los cuatro niños avanzaron uno o dos pasos
hacia el Petirrojo. De nuevo éste voló hasta el árbol más cercano y volvió a mirarlos muy fijo. (Seguro que ustedes no han
encontrado jamás un petirrojo con un pecho tan rojo ni ojos tan brillantes como ése.)

    —¿Saben? Realmente creo que pretende que nosotros lo sigamos —dijo Lucía. —Yo pienso lo mismo —dijo Susana—.

    ¿Quécreestú,Pedro?—Bueno, podemos tratar de hacerlo.
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