Page 25 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
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El pájaro pareció entender perfectamente el asunto. Continuó de árbol en árbol, siempre unos pocos metros delante
de ellos, pero siempre muy cerca para que pudieran seguirlo con facilidad. De esta manera los condujo abajo de la colina.
Cada vez que el Petirrojo se detenía, una pequeña lluvia de nieve caía de la rama en que se había posado. Poco después,
las nubes enelcieloseabrieronydieronpasoalsoldelinvierno;alrededordeelloslanieveadquirióunbrillo deslumbrante.

    Llevaban poco más de media hora de camino. Las dos niñas iban adelante. Edmundo se acercó a Pedro y le dijo:
    —Sinotecreestodavíademasiadograndeypoderosocomoparahablarme,tengoalgoquedecirte y será mejor que me escuches.
    —¿Qué cosa?
    —¡Silencio! No tan fuerte. No sería bueno asustar a las niñas —dijo Edmundo—. ¿Te has dado cuenta de lo que
estamos haciendo?
    —¿Qué?—preguntóPedronuevamenteenunmurmullo.
    —Estamos siguiendo a un guía que no conocemos. ¿Cómo podemos saber de qué lado está esepájaro?Perfectamente
podría conducirnos a una trampa.
    —¡Qué idea tan desagradable! —dijo Pedro—. Es un petirrojo. Hay pájaros buenos en todas las historias que he leído. Estoy seguro que un
petirrojo no se equivoca de lado.
    —Yahoraquehablamosdeeso,¿cuáleselladobueno?¿Cómopodemossaberconcertezaque los Faunos están en el lado bueno y la
Reina (sí, ya sé que nos han dicho que es una bruja)enelladomalo?Realmentenosabemosnadadeninguno.
    —El Fauno salvó a Lucía.
    —Él dijo que lo había hecho. Pero, ¿cómo podemos saber que es así? Además, otra cosa. ¿Algunodenosotrostienelamenor
idea de cuál es el camino de vuelta desde aquí?
    —¡Caramba! No había pensado en eso —dijo Pedro.
    —Y tampoco tenemos ninguna posibilidad de comer —agregó Edmundo.

CAPÍTULO 7

UN DÍA CON LOS CASTORES

                           Los dos hermanos hablaban en secreto cuando, de pronto, las niñas se detuvieron.
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