Page 44 - 07. Saga Las Cronicas De Narnia
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las Bestias temblaron al oír esta historia y algunos se desmayaron ahí mismo. Y, por
supuesto, el Mono le siguió la corriente. “Ahí tienen”, decía, “vean lo que hace Aslan a
quienes no lo respetan. Que les sirva de advertencia”. Y las pobres criaturas gemían y se
quejaban y decían: “sí nos servirá, sí nos servirá”. De modo que al fin y al cabo la fuga de Su
Majestad no los ha obligado a pensar si tienes aún amigos leales que te ayuden, sino que
solamente les ha producido más temor y más obediencia al Mono.
—¡Qué actitud diabólica! —exclamó Tirian—. Entonces este Jengibre piensa igual que
el Mono.
—Ahora se trata más bien, Señor, de saber si el Mono piensa —replicó el Enano —. El
Mono se ha puesto a beber, ¿entiendes? En mi opinión la conspiración la están manejando
principalmente Jengibre o Rishda, el capitán calormene. Y creo que fueron unas palabras que
Jengibre propaló entre los Enanos las principales culpables de la vil réplica que te dieron. Y te
diré por qué. Una de esas espantosas asambleas acababa de terminar antenoche y ya había
andado un buen trecho de camino a casa cuando me di cuenta de que había dejado olvidada
mi pipa. Era una muy buena, una de mis viejas pipas favoritas, así que volví a buscarla. Mas
antes de llegar al lugar donde había estado sentado (estaba negro como boca de lobo ahí),
escuché una voz de gato que decía Miau y una voz de calormene que decía “aquí..., habla