Page 5 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
P. 5
—Buenas tardes —saludó Lucía. Pero el Fauno estaba tan ocupado recogiendo sus paquetes que no contestó. Cuando hubo terminado le hizo
una pequeña reverencia.
—Buenas tardes, buenas tardes —dijo. Y agregó después de un instante—: Perdóname, no quisieraparecerimpertinente,
pero, ¿eres tú lo que llaman una Hija de Eva?
—MellamoLucía—respondióella,sinentenderlemuybien.—Pero, ¿tú eres lo que
llaman una niña?
—¡Porsupuestoquesoyunaniña!—exclamóLucía.—¿Verdaderamente
eres humana?
—¡Claro que soy humana! —respondió Lucía, todavía un poco confundida.
—Seguro, seguro —dijo el Fauno—. ¡Qué tonto soy! Pero nunca había visto a un Hijo de Adán ni a una Hija de Eva.
Estoy encantado.
Se detuvo como si hubiera estado a punto de decir algo y recordar a tiempo que no debía hacerlo.
—Encantado, encantado —repitió luego—. Permíteme que me presente. Mi nombre es Tumnus.
—Encantada de conocerle, señor Tumnus —dijo Lucía.
—Y se puede saber, ¡oh, Lucía, Hija de Eva!, ¿cómo llegaste a Narnia? —preguntó el señor Tumnus.
—¿Narnia? ¿Qué es eso?
—Esta es la tierra de Narnia —dijo el Fauno—, donde estamos ahora. Todo lo que se encuentra entre el farol y el gran castillo
deCairParavelenelmardeleste.Ytú,¿vienesdelosbosques salvajes del oeste?
—Yo llegué..., llegué a través del ropero que está en el cuarto vacío —respondió Lucía, vacilando.
—¡Ah! —dijo el señor Tumnus con voz melancólica—, si hubiera estudiado geografía con más empeño cuando era un pequeño
fauno, sin duda sabría todo acerca de esos extraños países. Ahora es demasiado tarde.
—¡Pero si esos no son países! —dijo Lucía casi riendo—. El ropero está ahí, un poco más atrás...,creo...Noestoysegura.Es
verano allí ahora.
—Ahora es invierno en Narnia; es invierno siempre, desde hace mucho... Pero si seguimos conversando en la nieve nos
vamos a resfriarlosdos.HijadeEva,de lalejanatierradelCuartoVacío, donde el eterno verano reina alrededor de la luminosa ciudad
del Ropero, ¿te gustaría venir a tomar el té conmigo?
—Gracias, señor Tumnus, pero pienso que quizás ya es hora de regresar.
—Es a la vuelta de la esquina, no más. Habrá un buen fuego, tostadas, sardinas y torta — insistió el Fauno.