Page 2 - 01. Saga Las Cronicas De Narnia
P. 2
CAPÍTU LO 1
LUCÍA INVESTIGA EN EL ROPERO
Había una vezcuatroniñoscuyosnombres eran Pedro,Susana, Edmundo y Lucía.Esta historiarelata lo que les sucedió cuando, durante la
guerra y a causa de los bombardeos, fueron enviados lejosde Londresa la casa deun viejo profesor. Éstevivía en medio del campo,adiez
millas de la estación más cercana y a dos millas del correo más próximo. El profesor no era casado, así es que un ama de
llaves, la señora Macready, y tres sirvientas atendían su casa. (Las sirvientas se llamaban Ivy, Margarita y Betty, pero ellas
no intervienen mucho en esta historia.)
El anciano profesor tenía un aspecto curioso, pues su cabello blanco no sólo le cubría la cabeza sino también casi toda
la cara. Los niños simpatizaron con él al instante, a pesar que Lucía, la menor, sintió miedo al verlo por primera vez, y
Edmundo, algo mayor que ella, escondiósurisatrasunpañueloysimulósonarsesininterrupción.
Después de ese primer día y en cuanto dieron las buenas noches al profesor, los niños subieron a sus habitaciones en el
segundo piso y se reunieron en el dormitorio de las niñas para comentar todo lo ocurrido.
—Hemos tenido una suerte fantástica —dijo Pedro—. Lo pasaremos muy bien aquí. El viejo profesoresunabuenapersonay
nos permitirá hacer todo lo que queramos.
—Es un anciano encantador —dijo Susana
—¡Cállate! —exclamó Edmundo. Estaba cansado, aunque pretendía no estarlo, y esto lo poníasiempredeunhumor
insoportable—.¡Nosigashablandodeesamanera!
—¿De qué manera? —preguntó Susana—. Además ya es hora que estés en la cama.
—Tratas de hablar como mamá —dijo Edmundo—. ¿Quién eres para venir a decirme cuándo tengo que ir a la cama? ¡Eres tú quien debe irse a
acostar!
—Mejor será que todos vayamos a dormir —interrumpió Lucía—. Si nos encuentran conversando aquí, habrá un
tremendo lío.
—No lo habrá —repuso Pedro, con tono seguro—. Este es el tipo de casa en que a nadie le preocupará lo que nosotros
hagamos. En todo caso, ninguna persona nos va a oír. Estamos como a diezminutosdelcomedory hay numerosospasillos, escalerasy
rinconesentremedio.
—¿Qué es ese ruido? —dijo Lucía de repente.
Esta era la casa más grande que ella había conocido en su vida. Pensó en todos esos pasillos, escaleras y rincones, y
sintió que algo parecido a un escalofrío la recorría de pies a cabeza.
—No es más que un pájaro, tonta —dijo Edmundo.